Debido
a la incompatibilidad de mi horario, el anterior jueves no pude
visitar la exposición de “Caperucita Roja” a la que nuestra
profesora nos animó a ir, aún así, he visto fotos y comentarios en
los blogs de mis compañeras y lo que más me ha gustado es que sea
interactiva y se adecue a todos las necesidades de los niños. ¡Sin
duda iré antes de que acabe y si mi horario me lo permite!.
A
propósito de esto, ya que no puedo comentar más acerca de la
exposición os hablaré de las diferentes versiones que tiene hoy en
día Caperucita y de lo que más me llama la atención.
He
estado ojeando diversas noticias acerca del cuento... y la historia
que todos conocemos y la que a todos nos han contado no es la
verdadera historia de Caperucita. La primera versión escrita es de
Perault, y aquí, el final es muy distinto al que todos conocemos:
-Abuela,
¡qué dientes grandes tienes!
-Son
para comerte.
Y
diciendo estas palabras el malvado lobo se echó sobre Caperucita
Roja y se la comió.
Según
he leído, en esta versión “no tan famosa” su caperuza
representa su primera menstruación y el lobo representaría la
figura de un “pederasta” que trata de convencer a una niña (aún
virgen) a estar con él y que, finalmente Caperucita acaba cayendo,
siendo comida (violada) por el lobo.
Los
hermanos Grimm, por su parte, escribieron una una versión más
“infantil”, para que estuviera al alcance de los niños, en la que decidieron salvar a la abuelita y a Caperucita.
Las
versiones actuales del cuento son mucho más dulces y menos trágicas,
por ello, tal vez sea este el motivo por el que hoy en día,
“Caperucita Roja”, es contada a la mayoría de los niños, ya que
en estas versiones no hay nada de lo comentado anteriormente
(pederastas, sexo, etc) y simplemente se trata de un lobo hambriento
que esconde a la abuelita en un armario para tratar de comerse a la
niña.
Después
de haberos contado las diferentes versiones de este cuento de una
forma breve y clara, os mostraré lo que ha realizado un adulto de 19 años cuando le pedí que hiciera un dibujo de
lo primero que se acordase de “Caperucita Roja”:
MARÍA
SANJUÁN
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