El
taller de las muñecas me ha hecho reflexionar acerca del físico de
los niños y niñas. Lamentablemente, los medios de comunicación y
este tipo de muñecas, todas ellas prototipos de “mujeres
perfectas”, hacen que las personas nos clasifiquemos únicamente
por la belleza física, olvidando que lo que verdaderamente importa
es el interior de cada uno de nosotros, porque es eso lo que nos hace
ser únicos e irrepetibles en esta vida, al fin y al cabo, la belleza
física se va pero la del interior nunca muere, y es esa la que nos
hará vivir felices.
Maquilladas,
gordas, guapas, feas, altas...¿qué más da? Lo que importa es que
cada persona es única, que no hay que esforzarse para ser más
guapa, sino para ser las mejores y ver que lo que realmente nos hace
bellas no es nuestro físico sino nuestra personalidad.
Por
ello, nosotras como futuras maestras tenemos que conseguir transmitir
a los niños y niñas que se tienen que sentir orgullosos de como
son, y que no son ni mejores ni peores por ser guapos o feos. Que lo
que nos hace valer son los valores que nos definen como personas, y
sobre todo que para ser una mujer 10 no hace falta ir como las
muñecas: arregladas, maquilladas y con tacones.
Aquí
os dejo los cambios de mi muñeca estereotipada del otro día hecha
en clase, aunque he de decir que no me salió realmente como yo
esperaba puesto que la acabé maquillando demasiado.
Es interesante que te das cuenta que acabas maquillándola demasiado. Estar a gusto en el propio cuerpo suele tener relación a sentirlo hermoso para una misma. Es difícil vivir en un propio cuerpo si no nos gusta. Eso no tiene que ver con los cánones de belleza sino con aceptarse y cuidarse a una misma
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