El
pasado jueves (16 de abril) realizamos un taller verdaderamente
interesante en nuestra clase de educación artística, plástica y
visual. Previamente a la realización de este, mis compañeras y yo
tuvimos que incubar durante una semana, a partir de una foto nuestra
de niñas, una frase con la que nos sintiéramos identificadas. Una
vez incubada la frase y ya en clase, bordaríamos sobre alguna tela
dicha frase, personalizándola y decorándola a nuestro gusto.
Me
resulto una experiencia muy gratificante ya que el ambiente de clase
era muy motivador. Yo particularmente estaba muy concentrada en mi
tarea ya que coser no se me da del todo bien y tengo que poner todos
los sentidos en ello. Al principio la tarea se me hizo un poco
pesada, veía que no avanzaba y que el trabajo sería interminable,
pero una vez que pusimos la música y comencé a cantar y reírme con
mis compañeras todo empezó a fluir mucho mejor, estaba más
relajada, con menos tensión e incluso sentía que cada vez avanzaba
más rápido en el bordado de mi frase.
He
de decir, que de alguna manera logramos conectar con nuestra niña
interna, pero no solo eso, sino que conseguimos exteriorizar aquello
que más nos define como personas.Yo por ejemplo me decidí por esta
frase ya que una vida sin alegría no es plenamente vida, cada uno
encuentra la alegría en unas cosas y a su vez se va contagiando de
la de los demás. Personalmente, intentó encontrar el lado bueno de
las cosas incluso cuando no todo va como me gustaría y es por ello
que me he sentido identificada con esta frase y además, la he
relacionado con mi niñez, pues los niños tienen una increíble
capacidad para desprender esa alegría inocente que tanto
necesitamos.
Es
muy fácil juzgar a los demás o describir como son las personas que
nos rodean, pero pocas veces nos paramos a pensar como somos nosotras
mismas. Hablando con las compañeras me di cuenta de que sus palabras
tenían mucha fuerza, sin duda las frases que escogían reflejaban su
niñez pero también su presente, es decir, las personas no cambiamos
tan fácilmente, pueden cambiar algunos aspectos pero lo que es
nuestra esencia siempre se mantiene intacta.
Por último, quiero compartir con vosotros mi foto de niña y la frase que incube a partir de ella:
"Contagiame
tu alegría todos los días"
MARTA
QUIJADA
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